Hay un gran poder en las palabras “Padre, perdónalos”. Es precisamente por esta razón que a menudo son tan difíciles de decir. Aunque “ellos no saben lo que hacen”, Jesús sí lo sabe. Y quiere perdonarlos de todos modos. Sabemos que su salvación depende en última instancia de su arrepentimiento, de que acepten ese perdón. Sin embargo, Jesús pide perdón por ellos, incluso antes de que se den cuenta de lo que han hecho y de cuanto le costó a Él ofrecer esta oración.